10.29.2007

Música, la más dificil de las artes


“El jarrón da forma al vacío y la música al silencio.”
George Braque


Siempre he tenido a la música como la más compleja de las artes, la más inalcanzable de cuantas hay. El escritor ante el folio en blanco no sentirá la misma turbación que experimentara el músico con el primer roce de sus dedos sobre la cuerda de la guitarra o sobre la tecla del piano. El escritor edifica con cada palabra la forma del todo que esta creando. Pudiendo comprobar antes de seguir la estabilidad que presenta cada párrafo, cada línea. Sustituyendo aquellas palabras que no tengan la forma adecuada y que priven de la estabilidad que ansía dotar a su obra. Es una pelea mano a mano con el folio en la cual esta permitido errar y dar un paso atrás para corregir dicho fallo. Las palabras quedan encadenadas en el papel, pudiendo ser liberadas, cambiadas, o por el contrario, dejarlas ahí por siempre. El caso es que son un todo, conforman algo visible, tangible, con una forma bien definida.
Pasa lo mismo con el pintor ante el lienzo, que tras cada pincelada va dando forma a su obra. En cambio el músico no puede contar con esto, cada nota tocada, cada acorde, bate sus alas y vuela para no volver nunca más, no existe el todo del que hablamos. Pues cada nota es libre y solo adquiere un significado con el eco de la anterior.
El músico no puede dar un paso atrás y contemplar su creación, es una pelea sin treguas ni descansos, donde el campo de batalla no es un folio o un lienzo en blanco, sino el silencio.


Paco de Lucia y Jan Akkerman, dandome la razón en lo escrito arriba.

Azhaag

10.28.2007

Álbum de fotos: Uno de los valientes soldados americanos...

Una de las muchas fotografías de las vejaciones que los soldados americanos cometen en Irak. Esta en concreto me hizo hervir la sangre por su grotesca planificación antes de dispararse el flash de la cámara.

La foto muestra a dos niños sonrientes, uno de ellos sostiene un trozo de cartón con un mensaje, el cual ignora al estar escrito en ingles. El texto dice lo siguiente:

“El soldado Boudreaux mató a mi padre y se fornicó a mi hermana.”

La rabia no me deja escribir nada al respecto, no obstante, creo que todo queda dicho…

Azhaag

Poesía: El Tigre, de William Blake


¿No os ha pasado nunca? ¿Que la lectura de un libro te lleva a otro que aparece reseñado en sus paginas? Recientemente acabe “El pintor de batallas”, de Arturo Pérez-Reverte, en el cual se habla largo y tendido sobre la “geometría y la simetría” de la guerra, y de repente, sin buscarlo, me tope de bruces con el poema “El Tigre”, de William Blake… el cual, quizás solo me da a mi esa sensación, habla de la misma simetría perfecta que en ocasiones emplea la muerte.

El Tigre

Tigre, tigre, que te enciendes en luz
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
pudo idear tu terrible simetría?
¿En qué profundidades distantes, en qué cielos ardió
el fuego de tus ojos?¿Con qué alas osó elevarse?
¿Qué mano osó tomar ese fuego?

¿Y qué hombro, y qué arte
pudo tejer la nervadura de tu corazón?
Y al comenzar los latidos de tu corazón,
¿qué mano terrible? ¿Qué terribles pies?

¿Qué martillo? ¿Qué cadena?
¿En qué horno se templó tu cerebro?
¿En qué yunque? ¿Qué tremendas garras osaron
sus mortales terrores dominar?

Cuando las estrellas arrojaron sus lanzas
y bañaron los cielos con sus lágrimas
¿sonrió al ver su obra?
¿Quien hizo al cordero fue quien te hizo?

Tigre, tigre, que te enciendes en luz,
por los bosques de la noche
¿qué mano inmortal, qué ojo
osó idear tu terrible simetría?

William Blake

10.24.2007

Cine: El Joven Maestro (1980)

Puedo alardear, y de hecho alardeo, de poseer casi por completo (a excepción de un par de títulos) la filmografía de Jackie Chan.
La gente no tiende a apreciar lo valioso de la importancia de este hombre tanto dentro del cine de artes marciales como en el cine en general. Capaz de hilvanar cosas tan dispares como pueden resultar la violencia intrínseca de las artes marciales con el humor, y hacerlo como nadie más es capaz.
Es como si cogieramos a Charles Chaplin (ya que estoy alardeando, también tengo su filmografía completa… o casi) y le enfundáramos un kimono, o bien le diéramos una espada que blandir, y voila, obtenemos a Jackie Chan.
Ahí os dejo con un Jackie Chan bien joven, 26 años, en una de sus primeras películas como protagonista, “El joven maestro” (1980), en la que quizás sea la escena más emblemática del film, la cual muestra una elaboradísima coreografía dotada del humor que solo Chan sabe insuflar a sus películas.



Azhaag

10.21.2007

Tributo a Juan Antonio Cebrián

Se ha ido uno de los grandes divulgadores de España. Ha fallecido a causa de un infarto el periodista Juan Antonio Cebrián, a los 41 años de edad.
Me ha apenado mucho la perdida de este hombre, que desde hacia más de nueve temporadas les daba forma a las madrugadas presentando y dirigiendo al gran equipo que conforma el programa radiofónico “La rosa de los vientos”.
La radio ha perdido a uno de los mejores “tusitalas” que contaba en sus filas.
Esperamos que, de existir la otra orilla, sea capaz de encontrar respuesta a los cientos de interrogantes que desde su programa planteaba al mundo en las largas madrugadas.
























Juan Antonio Cebrián
Requiescat in Pace

10.17.2007

Artículo: Celles plus belles


“Creó la tierra y el cielo, la luz y el anochecer,
el agua del arroyuelo, y para mí corto entender,
creó al hombre primero y del hombre la mujer.”
“Va por ella”, de Ecos del Rocío.


Hoy quisiera hablaros de ellas, las mujeres por excelencia. “La costilla de Adán” según la farragosa Biblia, “la mitad del cielo”, para los árabes. O lo mejor del hombre, según el poeta Lope de Vega.
Son muchas y a la vez la misma. Son la madre que te brinda su apoyo como nadie lo hará jamás, la que esta contigo para auparte y protegerte cuando niño, la que aun te sigue mirando con dulzura desde el sillón mientras veis la televisión. Son tu hija, lo más bonito que has visto nunca, te dices, mientras ves como tu mujer la abraza por primera vez tras darla a luz. Son la esposa o la novia en la cual te amparas del mundo bajo la protección de su sonrisa.

Suelen ser el mejor motivo por el cual dar la vida. Los escritores lo han visto así desde siempre, basta con desempolvar los viejos clásicos para darse cuenta de que su presencia ha marcado al hombre de ayer y de hoy.
El extraviado Ulises evocaba el recuerdo de su amada Penélope para seguir con vida pese a los tormentos que le infringieron los dioses. Fue por la bella Helena por la que Troya ardió. No fueron las lanzas ni el dañino filo de mil espadas las que doblegaron a Sansón, sino el suave tacto de las caricias de Dalila. Sherezade burló a la muerte mirando a los ojos al rey Shahriar, mientras noche tras noche, endulzaba el oído del rey con sus historias.
Como lector insaciable, alcancé a ver desde joven la fascinación que encerraba la figura de la mujer en la literatura, y de muchas de ellas me enamoré entre página y página.
Algunas de ellas eran etéreas, casi insustanciales. Apenas un nombre entre tanta palabra escrita.

Tras leer decenas de veces el poema de Edgar Allan Poe, “El cuervo”, comprendí la pena y el llanto de aquel pobre infeliz, que sentado en su sillón, recibió una noche la visita de una criatura alada. Una que se posó sobre el busto de Palas Atenea para recordarle que nunca más volvería a ver a su querida Leonor.
Me recuesto un poco sobre la silla y miro hacia una de mis estanterías, allí, en un huequecito, se encuentra un libro, y en sus paginas yace otra gran mujer a la que amar con locura. Una por la que el príncipe de la noche, el vampiro por excelencia, el Conde Drácula, renunció a la eternidad por la vaga esperanza de una vida mortal junto a ella. Nina Harker, nacida de la pluma de Bran Stoker.
Si paseamos por mi tierra, Andalucía, en concreto por Sevilla, Bécquer nos jurara que un par de ojos verdes bastan para caer en el abismo, así lo demuestra en una de sus conocidas “Leyendas”.
Y es que son lo más grande que un hombre puede tener al lado, recordemos sino lo que la criatura del profesor Víctor Frankestein le exigió a su creador. Una mujer con la que perderse y esconderse del mundo. Hasta el monstruo de la escritora Mary Shelley responde con suplicas a la necesidad imperiosa de merecer vivir junto a una mujer. Una compañera, no necesitaba más para vivir por siempre alejado de todo.

Naveguemos por las páginas de otro gran libro. Los relatos que nos cuentan las aventuras de una de las mas brillantes mentes de la literatura, estoy hablando de la creación de sir Arthur Conan Doyle, el detective Sherlock Holmes. La mente analítica, perfecta, el ojo entrenado, capaz de saberlo todo con un leve vistazo. El detective que se sacudía enojoso de las emociones humanas, incluida el amor, pero que sin embargo se vio impresionado ante la imponente presencia de la que más adelante calificaría como, “la mujer”. Aparece fugazmente en su relato “Escándalo en Bohemia”, la enigmática Irene Adler. Capaz de superar el ingenio del mismísimo Holmes, y por ello, con el alto concepto que el detective tiene de si mismo, dejarlo abrumado.
Da igual la historia que leas, o quien la escriba, ella siempre esta presente.

Mil nombres, mil rostros, mil amores, pero en el fondo es ella. En sus abrazos se esconde el mejor lecho, en sus besos se halla la mayor conquista, en sus gestos se entrevé la obra de un creador, de un artista inspirado.
Ella quizás se encuentre en el asiento de al lado del autobús en el que viajas de regreso a casa. En un tropiezo ocasional al volver una esquina. Quizás en la siguiente pagina.

Azhaag

Poesía: Oceanus, de Lovecraft

Volvemos a retomar uno de los géneros menos cultivados por el maestro del horror, y no por falta de talento precisamente. En esta poesía vuelve a entreverse la historia de los primigenios, y esos ocultos y terribles conocimientos que el insiste en no querer saber... ni contarnos.


OCEANUS

A veces me detengo en la orilla
Donde las penas vierten sus flujos,
Y las aguas turbulentas suspiran y se quejan
De secretos que no se atreven a contar.
Desde las simas profundas de valles sin nombres,
Y desde colinas y llanuras que ningún mortal conoce,
La mística marejada y el hosco oleaje
Sugieren como taumaturgos malditos
Un millar de horrores, henchidos por el temor
Que ya contemplaron épocas hace tiempo olvidadas.
¡Oh vientos salados que tristemente barréis
Las desnudas regiones abisales;
Oh pálidas olas salvajes, que recordáis
El caos que la Tierra ha dejado tras de sí;
Una sola cosa os pido:
¡Guardad por siempre oculto vuestro antiguo saber!


H.P Lovecraft

10.13.2007

Tributo a Bécquer

Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870), el genio nacido en la soleada Sevilla, conocido ante el mundo por ser el autor de las aclamadas “Rimas y Leyendas”, sin embargo, su talento no se limitaba a la poesía o a la prosa según he podido comprobar recientemente.
También era un diestro dibujante, en sus dibujos se puede apreciar ese halo fantasioso y romántico propio de su época.
Son muchas las ilustraciones que he podido encontrar, os pongo, las que a mi parecer, encajan más con la obra que todos conocemos de Bécquer.


Según me consta, estos dibujos fueron realizados en 1860 y, como podéis comprobar, muestran una cara desconocida del genio. Los nombres de los dibujos son:

-"El poeta y las musas."
-"Fausto."
-"Una extraña confesión."

Azhaag

10.09.2007

Música: The best of you, de The Foo-fighters

Tirando de diccionario concretamos que:

Y es que no se me ocurre otro calificativo con el que premiar a esta canción…
Sencillamente genial.




Azhaag

10.07.2007

Cuadernos de dibujo: En Transilvania, entre cruces y ajos

Daniel no logró encontrar trabajo en su tiempo. El ámbito laboral estaba fatal, por lo que decidió buscarlo en otra época valiéndose de su maquina del tiempo. Son pocos los que saben, de hecho, puede que tan solo yo este en posesión de esta información, que Daniel estuvo trabajando como becario del mismísimo Abraham Van Helsing. Si, así es, el archiconocido Doctor Abraham Van Helsing, el cazavampiros.
Su trabajo no era excesivamente fatigoso, que si sácale punta a estas estacas, que están un poco romas, que si haz una guirnalda de ajos que esta noche salimos de caza, que si haz inventario de crucifijos… lo típico que suele hacer un ayudante de cazavampiros.
Me contó que cierta noche, mientras bebía con el afable doctor en una ruinosa cantina de los Cárpatos, este le confió una historia que le heló la sangre. Le habló de una criatura que llevaba persiguiendo desde su juventud, la cual era la raíz del mal que desde años combatía todas las noches valiéndose de estacas, cruces y fe.
En vida se llamó Vlad Tepes, y fue príncipe de Valaquia, temido por su arrojo en la batalla y por su crueldad. Cuentan los cronistas que su esposa, al creer que su amado había muerto en combate, se suicido. Al volver el príncipe y enterarse de lo sucedido repudió a Dios y a la sagrada cruz por la que había estado luchando durante años. Su dolor fue incontenible, y murió de pena para volver a renacer convertido en una criatura de la noche, la primera de una gran estirpe, el patriarca. El vampiro.
Su nuevo nombre, al igual que él, nació con la noche, Drácula.

-Desde entonces le persigo, joven Daniel –le decía, apurando su cerveza.

Daniel insistió en que le dijera como era aquel ser, aquella criatura. Pues tenía intención de retratarlo.
Cuando regresó a su tiempo, el pergamino en el cual dibujó aquella horrible faz olía a ajo, pequeñas gotas de sangre manchaban algunos bordes y en la profunda mirada de aquel ser se alcanzaba a vislumbrar toda la magia que encerraba la oscura Transilvania.



























Azhaag&Espeton

Artículo: Granada a oscuras


“La noche es la mitad de la vida... y la mitad mejor.”
GOETHE


Hoy he hecho una cosa que hasta la fecha no había tenido ocasión de hacer, por un manojo de circunstancias me he visto en el centro de Granada a las cinco de la madrugada, y al mirar en derredor, nada de cuanto me rodeaba me resultaba familiar, pese a conocer mi ciudad a fondo, aquella que veía no era la Granada que acostumbraba a patearme arriba y abajo todos los días. Me la habían cambiado.

Apenas había coches circulando, y los pocos conductores que había en ese momento debían de estar muy ocupados intentando no dormirse sobre el volante como para hacer sonar el claxon, por lo que circulaban en sepulcral silencio. Aun era de noche, por supuesto, y con la ayuda de un cielo encapotado la ciudad se mostraba oscura, valiéndose aun de las farolas para alumbrar mis pasos a través de aquella extraña que, horas antes, tenia por mi Granada.
Me ajusto el cuello de la chaqueta y tapo mi rostro con la capucha, hace un frío tremendo. Mientras ando, hecho leves ojeadas a ambos lados, todavía no me he cruzado con nadie. Las calles que dentro de unas horas estarán atestadas de gente se me presentan desiertas, y sintiendo una extraña alegría, ando por ellas oyendo solo el eco de mis pasos.

A través de la niebla observo como alguien en el edificio de enfrente enciende la luz de su dormitorio, para un instante después, volver a apagarla. Sonrío al imaginarme la escena, esa persona adormilada que da a la luz, y como si de un autómata se tratase, mira casi sin abrir los ojos el reloj, alegrándose al comprobar que aun es demasiado temprano, puede seguir durmiendo, piensa, y complacido ante la idea vuelve a apagar la luz y a abrazar a la almohada o al cuerpo que yace junto a él aun dormido. Sigo andando por esta ciudad muerta hasta llegar a la parada del autobús. Tomo asiento y compruebo, levantándome un poco la capucha, que una chica me mira sin quitarme ojo desde la parada de enfrente.
Otra insomne, pienso. No aparta la mirada, y yo entro en el juego, y fijo la mía en ella.
Su gesto se tensa por momentos, mientras agarra su bolso. Parece asustada.
Entonces reparo en la situación; yo, un tío de pelo largo y encapuchado, con mi chaqueta raída, la cual me lleva pidiendo a gritos desde hace años que le conceda la jubilación, observando a una chica temblorosa en la parada de enfrente. Completamente solos en una calle vacía. La has asustado, capullo. No estaba flirteando contigo, sino mas bien sopesando entre la idea de salir corriendo o mantener el tipo ante la atenta mirada de un depravado. Ya que ante ella, a esas horas, es lo que le debo parecer.
Me levanto un poco más la capucha y le sonrío. Siempre he tenido sonrisa de bobalicón, demasiado inocente, es como si le gritara, tranquila, que no muerdo ¿O alguna vez has visto a un pitbull con esta sonrisa? No soy peligroso, corazón.
Me devuelve la sonrisa, aunque sin tenerlas todas consigo. Tras comprobar que no soy tan peligroso como pregona mi aspecto, parece que se relaja, y se calza un mp3 en las orejas.

Yo vuelvo a reparar en esta Granada. Miro sus calles, tan tranquilas, sin el alborozo de cientos de voces con algo que decir, y sin embargo, tan pocos oídos prestos a escuchar. Prefiero mil veces esta extraña, tan reservada, tan vacía de molestas y forzosas compañías. Dormida la encuentro mucho mas bella, ya que no tiene un buen despertar, al poco de desperezarse y abrir los ojos ante la luz de un nuevo día, comienza a rezumar gente y más gente por sus calles.
Es la gente, entonces, la que me jode la ecuación, pienso. Como esa “x” cortita de entendederas, que mira a su alrededor y se ve rodeada de números, y sin embargo, sigue sin poder moverse de donde esta. Sabe que no es su sitio, sabe que no tendría que estar ahí, pero la pobre no sabe a donde ir, pues, a diferencia de mi, ignora que la noche puede tornarse un refugio.

Azhaag

10.02.2007

Música: Goodbye, de Alicia Keys

Hay canciones que lo mecen a uno. Cierras los ojos y notas como te llevan en volandas.
Considero que esta es una de ellas…
"Goodbye", de la preciosa Alicia Keys.



"...cuando encuentras las palabras para decir adiós..."


Azhaag